“Nos encontramos con una preocupación y esta tiene que ver con el propio Estado que tenemos. Un Estado donde se pueden ver alguna superposición de funciones y algunas hasta duplicidades”, agregó.
Explicó que el funcionamiento de los vagones supone la emisión de más de 40 sustancias químicas que no solo aumentan el riesgo del cáncer, sino de enfermedades respiratorias y cardiacas.